Amanece hoy tromso con un sol primaveral en todo lo alto, y con la ilusión de disfrutar de otro día en familia, en esta bella ciudad Noruega. Aun resuenan las campanas de boda de nuestra amiga Almu. Felicidades, chica! :)
Tras un buen rato de caricias, besos y achuchones varios como bien nos gusta hacer, Laura y yo nos hemos levantado y hemos preparado el desayuno. Hemos disfrutado con una gran familia y hemos dado beuna cuenta de las tostadas, los bollos y demás cosas que había en la mesa. Todos menos la pequeña Martita que aun sigue con el pecho.
Al terminar y tras recoger todo, nos hemos arreglado para salir a dar un paseo y, de paso, olvidarnos de las canciones y desconectar de la rutina diaria. Estábamos en el puerto, viendo como un seños trataba de pescar algo, cuando Laura se ha mareado y ha sentido nauseas.
Pensábamos que le había sentado mal el desayuno y para evitar que se perdiera el concierto de esta tarde, hemos vuelto a la habitación del hotel. Ella seguía igual, por lo que me he puesto a jugar con los niños, y ella se ha ido al baño.
Al salir, una sonrisa de felicidad se había dibujado en su cara, y al llegar hasta mi solo ha podido abrazarme con lágrimas en los ojos. Atónito y sin saber que pasaba, le he preguntado que sucedía, y ella tan solo ha podido mostrarme un pequeño objeto que llevaba en las manos, con un par de rayitas azules.
Me he quedado sin palabras, y tan solo he podido abrazarla y besarla, susurrándole al oído: Te quiero con locura y eres lo mejor de mi vida.
Los niños nos miraban sorprendidos y sin saber que pasaba, pero pronto habrá que decirles que tendrán un nuevo hermanito.
Te amo, mi vida!
