martes, 4 de diciembre de 2012

Hasta siempre...

Hace varios años que estoy en este mundo y por mis manos han pasado varios números de nuestra revista. Aunque debo de ser sincero, ha habido épocas y épocas. En mis primeros años por aquí, yo era un “bala perdida” sin ninguna intención más que divertirme y aprender algo del tema de la música. En aquel tiempo, le pedía prestada la revista a algún vecino para buscar algo interesante en la sección de clasificados, algún trabajo en condiciones o algún grupo que buscara miembros para su banda. Es triste, pero mi relación con la revista era muy escasa.

Sin embargo, llega un momento en la vida en que sientas la cabeza y todo cambia a tu alrededor. Y mi relación con esta revista, no fue menos. Conocí a una persona que, poco a poco, fue inspirando, y fue picándome el gusanillo de la revista, ya que ella era escritora habitual de nuestra edición de Madrid.

Sus temas eran variados, hablaban de amor, de amistad y de cosas generales. Todos los miércoles me “picaba”, diciéndome que había escrito un artículo para la revista o que estaba orgullosa de cómo le había quedado un tema concreto. Tanto, que los jueves se convirtió en rutina salir a comprar la revista y leer, detenidamente, ya no solo sus artículos, sino los que escribían los demás. Sin duda, me había convertido en un asiduo del magazine.

Y fue ella la que, poco a poco, me fue motivando para coger la pluma y un papel y plasmar mis sentimientos en él, con el fin de compartirlos con vosotros, los lectores. Y aquí estoy, escribiendo una especie de carta de despedida, con la emoción en el cuerpo.

Han sido muchos números, varios artículos, pero sobre todo, muchas ilusiones las que hemos vividos todos a través de estas páginas. Se acabaron los concursos de cartas, las ediciones especiales de San Valentín o del día de los Zombies. Se acabaron las tiras cómicas, pero sobre todo, se acabo la emoción de escribir un artículo y correr el jueves al kiosco, a ver si te lo habían publicado... Se acabo la It’s Pop Madrid, tal y como la conocemos.

Nos han dicho que es algo temporal y esperemos que no tarden mucho en volver con las pilas cargadas, con nuevo diseño y nuevos temas.

Hasta siempre, ¡It’s Pop Madrid!


Publicado en el número 429 de la Edición de Madrid.

Dos gotas de agua


Experiencias y vivencias de dos personas que son algo mas.


En este mundo hay miles y miles de personas, cada una de ellas con sentimientos y características distintas. Es, por ello, muy difícil encontrar a una persona que sea, en todo lo posible, lo más parecida a ti.

Se habla mucho en los círculos amorosos de la media naranja, pero siempre he pensado que ese término, como tal, no existía. Pensaba que era totalmente imposible que todos tuviéramos una en este mundo y que, en el caso de que existiera, nuestros caminos pudieran cruzarse.

Pero la experiencia personal me ha hecho darme cuenta de que estaba equivocado, porque yo no he encontrado a mi media naranja, sino a mi gota de agua. Esa persona que es igual que tú y que completa lo que le falta a tu vida.

Nos conocimos hace poco más de cuatro años, el día en que me regalo una tarta para que celebrase mi aniversario. Desde entonces nuestra amistad fue creciendo y creciendo sobre unos fuertes cimientos. Nos contábamos casi todo lo que hacíamos, lo que pensábamos y lo que sentíamos.

Juntos nos sobrepusimos a momentos muy difíciles y, poco a poco, surgió entre nosotros algo más que amistad. Fue tras la boda de su mejor amiga, en un paraje paradisíaco y unas playas de arena blanca y aguas cristalinas. Después vinieron nuestra boda y nuestro hijo, fruto de ese amor que nos profesamos mutuamente.

Pero la vida no siempre es un camino de rosas y, a veces, la senda se hace muy cuesta arriba, tanto que te planteas si de verdad sois esas gotas de agua, tan iguales y semejantes. Con el paso del tiempo te das cuenta de que sí, de que una gota sola no es nada sin la otra y ambas se necesitan para seguir avanzando en la vida. Continuando ese camino que les hará juntarse con otras gotas para formar un arroyo que terminara en un precioso río y les llevara al mar, donde serán felices para siempre...


Publicado en el número 428 de la Edición de Madrid.

Los agujeros negros


El amor es tan fuerte que es capaz de sacarnos de un agujero negro.


Todos sabemos que los agujeros negros son regiones en el espacio con una gran concentración de masa que hace que les otorga una potente fuerza de gravedad que arrastra toda materia que se encuentra a su paso, haciendo que esta no pueda salir de él.

Yo creo que cuando nuestra vida nos lleva a estar al borde de un agujero negro, si queremos, podemos salir de ahí. El amor, hacia la vida o hacia una persona, puede hacer que no caigamos en ese agujero y nos ayuda a alejarnos de él.

Hace un mes, yo era feliz junto a mi mujer y mi hijo. Estábamos de gira en América, disfrutábamos de los amigos y de nuestro trabajo y, sobre todo, nos queríamos y eso era lo más importante.

Pero a veces, de repente, las cosas cambian a tu alrededor y te llevan a tomar decisiones que no están bien. Te das cuenta justo al mismo tiempo en que tu vida empieza a resquebrajarse. Deambulas de un lado para otro, dejando de lado cosas importantes, buscando una solución que no parece haber. Y es entonces cuando, de repente, una frase, tres palabras, hacen que tu vida se hunda en la más absoluta de las miserias: “Lo se todo”.

Ahí, ves cómo el agujero negro se acerca y empieza a tirar de ti, arrastrándote hacia su interior. Has perdido a tu mujer, el motor de tu vida, y te hundes perdiendo la ilusión por el resto de cosas. Caes en picado hacia la más absoluta miseria, la más total oscuridad, dejando por el camino, amigos, trabajo, banda, hijos...

Y, de pronto, te paras y miras a tu alrededor. No se ve nada, no hay nada y la oscuridad te rodea. Te das cuenta de que no te queda nada, de que no tienes nada y de que estás preparado para irte, definitivamente, de este mundo, tragado por ese gran agujero negro que es el desamor.

Y entonces, en la más absoluta oscuridad, ves un pequeño rayo de luz, una pequeña esperanza, y te aferras a él. Es el amor, ese que tantos momentos maravillosos te ha dado, que tantas veces te ha hecho reír, que en tantas ocasiones te ha hecho feliz junto a una mujer.

Ese amor está llamándote y tú, aunque sin fuerzas, eres capaz de levantarte y seguirle. Y cuando llegas a esa luz, ves que la persona más maravillosa del mundo sigue ahí y te pide que sigas a su lado, porque te quiere y, al igual que tú sin ella, no es capaz de vivir sin ti.

El camino no es fácil y está lleno de baches, pero ese amor hacia mi mujer y mi familia han hecho que saliera de ese agujero negro en el que me había metido. Y es que ella es una parte de mí, el motivo por el que la sangre corre por mis venas. Sin ella, mi vida no tendría sentido.

Eso es amor y es capaz de hacer muchas cosas por nosotros, incluso, sacarnos de un agujero negro.


Publicado en el número 428 de la Edición de Madrid.

Los verdaderos amigos


Un artículo que habla de la amistad, ese bien tan preciado y tan necesario en nuestras vidas.
Todos sabemos, cuando empieza nuestro camino en la vida, que este no va a ser un camino fácil y que habrá miles de obstáculos que superar. Eso hace que nuestra aventura aquí sea mucho más interesante.

En ese camino vamos siempre acompañados por gente, que recorre la misma senda que nosotros. Muchos pasan desapercibidos, pero unos pocos, por algún motivo, nos son más cercanos y poco a poco se convierten en acompañantes en nuestro caminar. Son los conocidos como amigos.

Esas personas son las que siempre estarán ahí, para lo bueno y para lo malo y muchas veces nos ayudaran cargando con nuestras cosas, compartiendo las suyas o simplemente dándonos el aliento que necesitamos cuando las fuerzas flaquean. Pero no todo es perfecto y el tiempo, queramos o no, nos pone a cada uno en nuestro sitio.

En ese largo caminar podemos tropezar y caer haciéndonos daño, no solo a nosotros mismos, sino a aquellos que nos acompañan. Es ahí, en esos momentos, cuando se necesita a aquellos que caminan a nuestro lado, aunque, por desgracia, ese grupo tan amplio y tan feliz, desaparece, quedándose tan solo, unos pocos.

Y es que ser amigo de alguien cuando está contento, alegre y cuando las cosas van bien y la vida sonríe, es muy fácil. Lo difícil es seguir ahí cuando el camino se vuelve cuesta arriba y se llena de baches y obstáculos.

Son esos pocos los que te demuestran que merece la pena seguir caminando, que hay que volverse a levantar y mirar de frente. Ellos son los que se preocupan por ti, te ayudan y te curan esas heridas que te has hecho en tu caída. Son los que siguen ahí, en los momentos malos, cuando más difícil es estar. Son los amigos incondicionales. Los verdaderos amigos.


Publicado en el número 426 de la Edición de Madrid.

La gira de unos novatos


Experiencia de la primera gira de un grupo musical que empieza a abrirse camino en el difícil mundo de la musica.

La mayoría de la gente tiene la ilusión de triunfar en la música, algo que no es nada fácil y requiere mucho sacrificio. Yo soy una de esas personas cuyo sueño es llegar a lo más alto en en este mundo.

Mi grupo es la unión de tres amigos cuya pasión es la música y el divertirse con ella. Nuestra historia no es muy distinta a la de cualquiera. Hace años que nos conocemos y hemos disfrutado juntos tocando y cantando canciones famosas en nuestro tiempo libre, hasta que un buen día nos preguntamos por qué no formábamos un grupo para hacer partícipe a la gente de nuestra música. Y lo hicimos.

Aquel grupo nació con más ilusión que otra cosa, pero el trabajo, el esfuerzo y el apoyo de mucha gente han hecho que poco a poco vaya consolidándose en el panorama musical. Hace unos días terminamos la que, hasta ahora, ha sido nuestra mayor experiencia: una pequeña gira que nos llevó por varias ciudades europeas.

La vivencia, sin duda, ha sido fabulosa. Durante los días anteriores al inicio del tour éramos un manojo de nervios, preparando el equipo, ensayando los conciertos, ordenando el camión de gira, planificando las rutas y contratando empleados. Sin embargo, cuando nos pusimos en marcha los nervios se calmaron y dieron paso a la expectación ante lo que teníamos por delante.

Una gira no es nada fácil y más en grupos pequeños y sin experiencia como en nuestro caso. Lleva aparejado mucho trabajo extra y, aunque se tengan muchos empleados, uno mismo tiene que echar una mano a la hora de montar el escenario, preparar los instrumentos y recoger las cosas.

Sin duda, en estos días hemos hecho muchos kilómetros, pero ha merecido la pena. Hemos conocido ciudades tranquilamente, que es lo bueno de no ser aún famoso, hemos descansado y, sobre todo, hemos disfrutado encima de los escenarios, viendo como la gente lo hacía también con nosotros. El trabajo es duro, muy duro, pero al final merece la pena.

Lo mejor de todo es terminar el concierto y ver la cara de satisfacción del público que ha comprado una entrada para verte. Justo en ese momento sabes que no les has decepcionado y te da fuerzas para seguir recogiendo las cosas y poner rumbo a otra ciudad, a otro concierto. A pesar del cansancio acumulado.

Por eso ya planeamos nuestra próxima gira, que empezaremos dentro de unos días, esta vez por tierras americanas. Por supuesto, no nos falta ilusión y ganas de agradar al publico y hacer que este disfrute, tanto o más que nosotros.

Publicado en el número 421 de la Edición de Madrid.

Cuando falta alguien...


De cuando alguien falta y de cómo se le echa de menos.


El ser humano se diferencia del resto de los seres de este mundo por su capacidad para hablar y relacionarse entre sí. Gracias a esa habilidad puedes conocer a gente que forma parte de tu vida, bien como amigos o bien como parejas. Y es que las personas estamos hechas para vivir en sociedad y sin relaciones no se va a ningún lado.

Cuando gracias a esa capacidad de habla y relación conoces a alguien especial, tu vida se llena, pues esa persona se encarga de tapar esos huecos que tú quizás no sabías ni que existían y que, desde luego, no puedes cubrir en condiciones normales. Esa persona especial te escucha en momentos difíciles, te aconseja, te hace reír, te hace disfrutar de su compañía, convirtiéndose, poco a poco, en una parte de ti.

Y no nos damos cuenta de esa dependencia hasta que llega un momento en el que pierdes el contacto con esa persona tan especial. En ese instante, te das cuenta de que, por muchos amigos que tengas, en tu vida hay huecos que no puedes cubrir, te das cuenta del silencio que hay a tu alrededor, de lo frío que es dormir solo o lo difícil que es tomar una decisión importante sin alguien que te apoye.

Cuando sientes todo eso, sin lugar a dudas, la soledad se ha apoderado de ti y forma parte de tu vida, provocando un vacío enorme a tu alrededor y haciendo que el frío se haga cada día mas notable. Son días oscuros, tristes, sin que la luz del sol brille en el cielo.

Por desgracia hoy no lo teorizo, por desgracia hoy me toca vivirlo en mis propias carnes... y no estoy solo. Sin duda, ella ha marcado la vida de mucha gente, no solo la mía, y son muchos los huecos que ha dejado vacíos. Estoy seguro de que son muchos los lectores de esta revista que echan de menos sus artículos y sus opiniones, lo mismo que los amigos que esperan verla abrir los ojos y sonreír.

Afortunadamente, sabemos que solo es una etapa transitoria y que volverá a deleitarnos con sus risas, sus comentarios, sus gestos de cariño. Volverá a llenar páginas y paginas de esta maravillosa revista y volverá para disfrutar de su hijo y verlo crecer.

Y en estos momentos, no puedo evitar pensar en cómo tiene uno que sentirse cuando sabe que no hay vuelta atrás, que, al contrario que en mi caso, no es algo transitorio, sino que jamás volverá a ver una sonrisa que le es querida, a oir una voz que le calma o a compartir tantas risas, caricias, momentos importantes, suspiros, miradas, camino... ¿Qué siente uno cuando su compañero de viaje ya no está y sabe que la ausencia es un parasiempre?

Publicado en el número 416 de la Edición de Madrid.

RE: Peligro de extinción


La vida de las personas, desde el inicio de la humanidad, ha estado siempre unida entre si. Entre ellas existen relaciones de amistad y de amor. Tenemos el amor de nuestros familiares, seres queridos que se preocupan por nosotros, el amor de los amigos, cuya confianza hace que se cree una gran relación y surja la amistad y el cariño y, fruto de ambas, existe el amor de pareja, que surge cuando dos amigos llegan al limite de su confianza y entre ellos surge “algo más”.

Es verdad que sin solteros no habría parejas, pero también es verdad que sin parejas que den hijos, no habría solteros. Es como la pregunta de quién fue primero, ¿el huevo o la gallina?

No digo que un soltero sea mejor o peor persona, simplemente creo que un soltero lo es porque quiere serlo. Quizás el hecho de no encontrar a esa persona que te hace llegar a algo más o el haber tenido malas experiencias en ese terreno, hacen que un soltero se empeñe en serlo. Pero, bajo mi punto de vista, ese no es su estado natural.

Me sorprende mucho el artículo que, hace unas semanas, escribió el señor Benjamín Price sobre la soltería, así que me tomaré la libertad de dirigirme a él.

Estimado señor Price, sinceramente creo que está usted en un estado forzado en el que realmente no quiere estar. Es como si llevara una armadura para hacer ver a los demás que es un tipo fuerte, pero dentro hay un hombre al que le falta esa mitad que te apoya cuando estas mal, que te anima en momentos difíciles, que te hace sentir feliz, con la que compartes secretos e ilusiones... y que hace que un individuo se sienta completo al cien por cien, porque en el fondo, y aunque tengamos muchos amigos y una gran familia, siempre necesitamos a alguien especial que esté a nuestro lado.

Dice usted que los solteros pueden jugar a los videojuegos, salir de copas, disfrutar de un buen libro o de la brisa del mar, pero alguien que vive comprometido con otra persona también puede hacer esas cosas. Al fin y al cabo, una pareja, como he dicho antes, fue un amigo o amiga con el que la confianza y el cariño llegó a un límite máximo.

Creo que se equivoca en el hecho de denominar a los solteros especie en peligro de extinción. Más bien opino que los solteros son un grupo de personas que aún no han encontrado la ilusión del amor pero que, poco a poco, irán abandonado ese grupo y quitándose esa armadura que llevan puesta para dejar descubrir las personas que en realidad son. Pero eso solo ocurrirá cuando encuentren a su media naranja. Y lo harán, porque todos tenemos una media naranja en este mundo... solo hay que tener paciencia y descubrirla.


Publicado en el número 409 de la Edición de Madrid.