martes, 4 de diciembre de 2012

Los agujeros negros


El amor es tan fuerte que es capaz de sacarnos de un agujero negro.


Todos sabemos que los agujeros negros son regiones en el espacio con una gran concentración de masa que hace que les otorga una potente fuerza de gravedad que arrastra toda materia que se encuentra a su paso, haciendo que esta no pueda salir de él.

Yo creo que cuando nuestra vida nos lleva a estar al borde de un agujero negro, si queremos, podemos salir de ahí. El amor, hacia la vida o hacia una persona, puede hacer que no caigamos en ese agujero y nos ayuda a alejarnos de él.

Hace un mes, yo era feliz junto a mi mujer y mi hijo. Estábamos de gira en América, disfrutábamos de los amigos y de nuestro trabajo y, sobre todo, nos queríamos y eso era lo más importante.

Pero a veces, de repente, las cosas cambian a tu alrededor y te llevan a tomar decisiones que no están bien. Te das cuenta justo al mismo tiempo en que tu vida empieza a resquebrajarse. Deambulas de un lado para otro, dejando de lado cosas importantes, buscando una solución que no parece haber. Y es entonces cuando, de repente, una frase, tres palabras, hacen que tu vida se hunda en la más absoluta de las miserias: “Lo se todo”.

Ahí, ves cómo el agujero negro se acerca y empieza a tirar de ti, arrastrándote hacia su interior. Has perdido a tu mujer, el motor de tu vida, y te hundes perdiendo la ilusión por el resto de cosas. Caes en picado hacia la más absoluta miseria, la más total oscuridad, dejando por el camino, amigos, trabajo, banda, hijos...

Y, de pronto, te paras y miras a tu alrededor. No se ve nada, no hay nada y la oscuridad te rodea. Te das cuenta de que no te queda nada, de que no tienes nada y de que estás preparado para irte, definitivamente, de este mundo, tragado por ese gran agujero negro que es el desamor.

Y entonces, en la más absoluta oscuridad, ves un pequeño rayo de luz, una pequeña esperanza, y te aferras a él. Es el amor, ese que tantos momentos maravillosos te ha dado, que tantas veces te ha hecho reír, que en tantas ocasiones te ha hecho feliz junto a una mujer.

Ese amor está llamándote y tú, aunque sin fuerzas, eres capaz de levantarte y seguirle. Y cuando llegas a esa luz, ves que la persona más maravillosa del mundo sigue ahí y te pide que sigas a su lado, porque te quiere y, al igual que tú sin ella, no es capaz de vivir sin ti.

El camino no es fácil y está lleno de baches, pero ese amor hacia mi mujer y mi familia han hecho que saliera de ese agujero negro en el que me había metido. Y es que ella es una parte de mí, el motivo por el que la sangre corre por mis venas. Sin ella, mi vida no tendría sentido.

Eso es amor y es capaz de hacer muchas cosas por nosotros, incluso, sacarnos de un agujero negro.


Publicado en el número 428 de la Edición de Madrid.

No hay comentarios:

Publicar un comentario